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Había una vez en España un cachorro de podenco

Ésta es la que pudiera ser la historia de la vida de Rocky, un perro que aunque no pasó por nuestro refugio actualmente tiene como compañero a Cala, la perrita que encontramos atrapada en un cepo y a la que se le tuvo que amputar la pata delantera derecha a causa de la herida que le produjo el cepo. Sus actuales dueños, desde Francia, nos enviaron dos historias, la de Cala, publicada antes que ésta en el blog y la de Rocky que hoy os la ofrecemos. Refleja muy bien lo que puede ser el sufrimiento de un perro de caza.


Nací en una cueva nauseabunda al este de Madrid, igual que mis hermanos y hermanas. Mi madre fue explotada a criar tanto que, su leche ya no nos podía alimentar a todos. Bebía agua podrida, y enfermó. Un día escuchamos unos pasos que se acercaban, mamá se empezó a asustar, sabía que el GALGUERO venía a escoger a alguno de nosotros, lo hacía siempre.


El GALGUERO es un cazador que caza sin fusil, que deja que el galgo corra detrás del conejo, que lo atrape, que lo mate y se lo entregue. Lo único que hace es esperar a que sus galgos vuelvan con el botín. Cuando los galgos están demasiado débiles para cazar, el GALGERO les coge y nadie más los vuelve a ver.


Por eso cuando el GALGUERO abrió la puerta, a mamá le hicieron mucho daño los ojos. Ella no había visto nunca la luz del sol y vivíamos enmedio de nuestros excrementos, sapenas in agua, sin comida. Presentí que algo malo iba a ocurrir, mamá estaba aterrorizada. Nos pidió que nos escondiéramos y que no tuviéramos miedo, pero sabía que ella apenas podía hacer nada.


El GALGUERO ha vino a por mamá. Nosotros, sus hijos intentamos protegerla pero el hombre nos apartó a patadas. Éramos demasiado jóvenes, unas pocas semanas de vida teníamos por aquellos tiemps y sus golpes nos dolieron muchísimo. No teníamos ninguna otra opción que ver como el GALGUERO se llevaba a nuestra mamá con un alambre atado al cuello. Ella a pesar de su debilidad intentaba resistirse con todas sus fuerzas, pero le quemaba la piel. Él se puso a gritarle y la arrastró hacia fuera mientras le pegaba. Un silencio de muerte se respiraba en la cueva tras los alaridos de dolor y terror, gritos horribles e inhumanos que salían de mi maltrecha madre. Era un MAL DIA.



Por la mañana, el GALGUERO nos llevó a cazar. Nos sacó de la cueva y delante nuestro tuvimos una visión horrible: MAMÁ delante nuestro, colgada de un árbol, y quemada.Al pasar por su lado, el hombre le dió un golpe y dijo en voz alta : Mañana iré a buscar otra maldita hembra que me dé mejores cachorros que tú.


¿Por qué? ¿Qué había hecho mi madre para merecer tan indigno final? Adíós MAMÁ, hasta siempre.




El GALGUERO nos entrenaba para la caza del conejo y si por mala suerte nos lo comeíamos porqué teníamos hambre, nos pegaba hasta que no podíamos ni movernos.


Algunos de nosotros teníamos la mandíbula rota para que no pudiéramos comernos la presa. El HOMBRE decía que debíamos pasar hambre porque así seriamos mejores cazadores, pero en realidad, lo que conseguía era que estuviéramos más débiles.

El GALGUERO nos volvió a encerrar en la cueva, sin comida ni bebida.

Llamé a mi madre y no paré de llorar porqué tenía frío y hambre.


Tenía un año cuando una noche el GALGUERO entró en la cueva y cogió a una de mis hermanas y la empezó a pegar. Le puso un alambre alrededor de su cuello.... ¿Qué ha hecho ella para que le pegue??


Teníamos miedo, ella no había vivido más que un año, de sufrimiento, y de pasar mucha hambre, injustamente. Todavía no había tenido su primer celo, no era apta para tener cachorros. Por lo tanto, una boca de más que alimentar inútilmente. Un silencio de muerte se rompió con sus gritos de dolor cuando, atada a un árbol. le abrieron las tripas. Ellos, bebeieron cerveza, cantaron y bailaron. Para ellos, era un día de fiesta. la muerte de mi hermana restableció el honor del GALGUERO. Tenía ganas de gritar mi pena, de gritar venganza ,pero tenía que guardar fuerzas para sobrevivir. Ese fué otro día MALO.


Tenía ya 2 años. Había visto al GALGUERO torturar, masacrar, quemar a muchos de nosotros. Mi hermano no era buen cazador y lo pegaron tan salvajemente que no podía ni moverse. Hizo el esfuerzo de pegarse a mí, y giró la cabeza para mirarme, y en un último suspiro me dijo adiós. Yo no quería vivir así, eso no era vida. Otro día más con la muerte entre nosotros.


Pasé toda la noche pensando cómo podía irme de alli antes de que pudiera morir yo, por la mañana cuando nos sacó para ir a cazar, empecé a correr y correr, sin mirar atrás. El GALGUERO había matado a mi madre, a mi hermano, a mi hermana, a muchos de mis amigos. Yo me fuí antes que me tocara, era libre, pero no había nadie fuera que pudiera ayudarme.


Ahora duermo en la calle, casi no soy capaz de encontrar comida, la gente de los pueblos no me da de comer. Estoy tan débil que casi no puedo moverme, tengo mucha hambre y mucha sed. ¿Es esto el precio de la libertad? Me daban un trozo de pan dos o tres veces por semana, hoy no tenía nada. He encontrado refugio en una casa vieja, por lo menos tengo cobijo, pero tengo hambre, tanta que si alguien viene a buscarme no tengo ni fuerzas para intentar escapar. De repente una mano me toca, ¿me va a pegar?? Me hago pis encima y tiemblo de miedo.


Ella tiene una voz dulce y me coge entre sus brazos para sacarme de ahí. Ya tengo menos miedo, me gusta cuando ella me pasa la mano por mi cuerpo delgado hasta los huesos, ella lo llama carícia. No lo conozco pero es muy dulce. Su voz me tranquiliza, me dice que me va a ayudar, que no tengo que tener miedo pero no puedo evitar temblar. No conocía el dulzor de una voz, no conocía las carícias.


Mi historia, ella no la conocede, pero sabe que he sido maltratado y se pone a llorar. Fuera, los habitantes del pueblo se muestran indiferentes a mi rescate para ellos, no soy más que un podenco que no sirve para la caza y por eso ya no merezco vivir.


Hace unos meses que estoy en un refugio, como bien, no recibo golpes pero sigo encerrado en una jaula. No puedo correr. Y un día los GALGUEROS han vuelto para robarme, he tenido mucho miedo y para que no me pegaran les he obedecido. Les he seguido.


¡HORROR! Me han atado y provocan a otros perros para que me muerdan. Me hacen daño. Intento defenderme pero es imposible, sus mordidas me arrancan la piel. Al cabo de dos días he conseguido escaparme y volver al refugio donde me siento bien y donde me quieren y no me pegan.


ELLA, ELLA me quiere, ELLA es dulce, ELLE es amable, ELLE me cura mis heridas, ELLA me esconde para que los GALGUEROS no se me lleven otra vez. ¡HAY QUE SALVARME RAPIDO!


Un coche llega, no les veo, pero oigo como hablan de mí. La voluntaria del refugio viene a buscarme, tengo miedo. Donde me lleva ???


Ella me da a una voluntaria de L'EUROPE DES LEVRIERS: una família de acogida me espera en un país donde quieren a los galgos españoles. FRANCIA. Ella me dice que allí estaré seguro. En el coche me ponen en la parte trasera y está BLANDA! Yo estoy acostumbrado a estar encima del cemento.


La voluntaria del refugio no viene, dice que tiene que ayudar a los otros que lleguen. Llora y me abraza una vez más. El coche se va, yo la miro y lloro también.


La nueva señora me habla dulcemente, ya no tengo tanto miedo. Me encanta mirar por la ventana el paisaje que pasa por delante de mis ojos. Está muy lejos el país de la libertad!!!


Es por la noche. Ella entra dentro de una casa, yo espero fuera. Ella me dice que pase. No he entrado nunca en una casa, está prohibido, es sólo para animales de compañía. Yo soy un podenco de caza, no puedo estar con los humanos. Ella me empuja hacia el interior con un collar y una correa que no hace daño. En el interior de la casa todo está limpio, y huele muy bien. Tengo miedo de que me peguen, no sé que hacer dentro de una casa, donde ir, no hay cemento donde pueda echarme.


Ella me sube al sofá, no conocía esto, es blando y confortable.Donde està cemento ?


Me da de comer unas croquetas, están buenas y tengo mucho hambre, así que las devoro. He vomitado todo, me escondo porqué tengo miedo que me pegue.


Ella me limpia y me da carícias. ¡¡NO ME PEGA!! Su dulce voz me tranquiliza, me dice que coma despacito, que cada día tendré comida en mi plato. ¿Es el paraíso?


Ahora tengo 2 años y medio, no conozco ya ni el pasar hambre ni pasar sed, ni los golpes, ni el estar encerrado sin ver la luz del sol. He tardado un mes en aprender a jugar con una pelota, ¡¡Que placer!! ¡¡Qué vida más distinta a la anterior!!


Llegué hace 5 meses a casa de mis adoptantes. Tengo un gran jardín donde hago agujeros (mi amo no está muy contento...); me lavan la camita aunque yo prefiero cuando huele a mi. Es mía !!!!!


Me paseo con correa, encuentro a otros perros, a humanos amables. Estoy orgulloso de ser un gran podenco.Y ahora han llegado unos gatitos. Tengo ganas de correrles detrás pero mi mami me lo prohibe y yo la obedezco. Empiezo a ladrar cuando pasa gente delante de casa. Me encantan los niños. ESTOY FELIZ!


Pero por la noche me acuerdo de mi mamá y de mi hermano y hermana. Todavía recuerdo el olor nauseabundo de la cueva. Ya no lloro pero sé que el GALGUERO continua con sus horrores y tiemblo aún.



Digo GRACIAS :


A la voluntaria de mi refugio.

A las voluntarias de la asociación EUROPE DES LEVRIERS

A mi família de acogida

A mi família adoptiva

A todos vosotros, mis salvadores, sin los cuáles ahora estaría muerto.


Fdo : ROCKY

El cepo

Hace unos meses dimos la noticia de una podenquita que pudimos rescatar de un cepo del que estaba atrapada. A continuación contamos el relato de la vida de Cala, gracias a la colaboración de sus adoptantes franceses.

E L C E P O

Me llamo Cala y nací en el Sur de España, entre las provincias de Málaga y Jaén. De muy pequeña me separaron de mi madre para ser vendida a un galguero que buscaba una perra para renovar su “ganado” de podencos. Tenía unos buenos machos, pero sin hembras habría perdido su honor en pocos meses y tenía reemplazar los que no correspondían a sus “necesidades”. El galgo debe correr rápido para atrapar el conejo sin desviarse de su trayectoria (en el canódromo), en las carreras organizadas clandestinamente (utilizadas para las carreras o la caza). El podenco debe correr en terrenos difíciles sin desviar la trayectoria del conejo (utilizados para la caza únicamente).


Yo debía hacer hermosos y buenos podencos para satisfacer al galguero. Estaba atada a una cadena todo el día y desde mi primer celo me entregaron a los machos. He tenido muchas camadas de 6, 8 e incluso 10 cachorros, 2 veces al año, cosa que me ha agotado. De vez en cuando tenía derecho a un poco de pan y a un recipiente con agua de la lluvia (a menudo podrida), pero no era suficiente para llevar a buen término un embarazo y los cachorros estaban muy débiles.

Para recuperar las fuerzas, mi galguero me llevaba con los machos a la caza; era divertido, corría por todas partes, y reencontraba los placeres de mi juventud corriendo en grupo por el monte. Podíamos comer mucha hierba y llenar el estómago. Pero no quería estar encadenada nunca más.

Después de un buen paseo, rechacé que el galguero me cogiera para atarme de nuevo. Así que decidí quedarme alrededor de la casa y robaba mi comida, ya que él no quería darme nada para comer. En cuanto me veía trataba de apresarme de nuevo. Pero era mi casa y mis hijos e hijas estaban todavía allí, al menos los que aún no habían sido vendidos. El galguero intentaba cogerme con comida, y casi consigue engañarme, pero no me fiaba de sus intenciones, era malo y me había tratado muy mal, no me quería nada en absoluto.

Si me hubiera cogido, ¿qué hubiera hecho conmigo? Hubiera tenido los días contados, era mejor quedarme libre, tenía hambre, pero podía sentirme en libertad.

En cuanto el grupo salía yo me unía a ellos para dar un gran paseo y, cada vez que volvíamos, el galguero intentaba capturarme, pero no le daba resultado. Pero un día, quedé atrapada en un cepo, un gran cepo para zorros en el cual metí la pata.

Grité de dolor y el galguero vino. Intentó liberarme la pata con una tijeras de podar. ¡¡Una verdadera carnicería! Debió cortarme los nervios, pero al no conseguir liberarme y ver el mal estado de mi pata decidió, el muy miserable, dejarmeó allí tirada.

El sol había salido varios días y yo seguía allí, el mínimo movimiento era una tortura, no sentía ya ni el dolor. No tenía ni fuerzas para gemir y estaba febril. Gracias que en esos momentos tenía la compañia de varios perros, también abandonados como yo que, hasta mi rescate, estuvieron acompañandome en todo momento, rezando por mí y tratando de animarme, siempre con el temor a que me fuera al otro mundo, quizás porque comprendían perfectamente el dolor que la soledad provoca en el corazón.

A partir de ahí, en mi mente todo está un poco borroso, así que dejo que una voluntaria, Mercedes, os cuente la historia de mí rescate.

Cala apareció un día cuando un vecino del refugio donde soy voluntaria, vino y nos dijo que había encontrado una perra pequeña con su pata atrapada en un cepo de grandes dimensiones. Fuimos para allá sin saber si podríamos sacarla de allí. La perra sufría mucho y era posible que debido al dolor intentara mordernos. Cuando nos vió aparecer estaba asustada, pero no tenía fuerzas para levantarse y arrastrar el cepo. Al final, Cala se dejó quitar el cruel cepo y en ese momento es cuando trató de huir, hizo el amago de saltar a un pequeño muro que tenía enfrente, pero no tenía fuerzas y se dejó ayudar. La llevamos corriendo al veterinario más cercano para darle las primeras curas. Luego la llevamos a una clínica más grande y con más medios que estaba a 30 Km. Sólo teníamos una idea en mente: hacer todo para salvarla. Así que colocamos a la perra en un coche e inmediatamente nos desplazamos hacia la otra clínica. Un veterinario la miró y le quitó todas las garrapatas y todo lo que ella tenía por el cuerpo. La amputación era inevitable y como los análisis de sangre salieron bien, se la pudo operar rápidamente.

Cala se portó muy bien a pesar del dolor y de la fiebre. No dijo nada.

El veterinario comentó que probablemente ella había pasado 4 o 5 días atrapada en ese cepo.

El veterinario dijo que hacia falta amputarme la pata. ¿Qué significa eso de amputar? ¡¡No quiero que me hagan daño, tan sólo quiero vivir y que me dejen vivir!!

Al día siguiente, me desperté y.... ¡¡¡¡OH, DIOS MIO!!!! ¡¡¡¡¡ MI PATA !!!!!

No tenía tanto dolor pero mi pata estaba cortada. No iba a llorar, no era culpa suya. Era necesario, la infección me hacía sufrir.

A partir de ahora tendría que aprender a caminar, correr, saltar, sentarme, ráscarme, saltar,

¡¡¡¡¡¡¡ A VIVIR CON 3 PATAS !!!!!!!!!

Me quedé algunos días en la clínica bajo observación. La gran pregunta era: ¿La amputación había detenido la septicemia? Estaba tomando medicamentos bajo control veterinario.

Para evitar la infección después de la operación, no fui al refugio, me llevaron a casa de una señora, una de las voluntarias de la zona. Pasaron 2 semanas en las cuales mejoró mi salud y el veterinario confirmó que la infección había remitido y que la herida cicatrizaba muy bien.

Después estuve una semana en una casa de acogida en Madrid para evitar los lugares donde pudiera coger infecciones, antes de que me llevaran hacia la frontera.

Y Cristina ayudó para que pudiera irme a Francia, me decían al oído que una familia francesa me estaba esperando y que estaría muy bien.

Un viaje largo en un coche muy cómodo. Llovió todo el trayecto y había otros perros conmigo. Me lo pasé bien, a pesar del estrés inicial.

En la frontera, me presentaron a una mujer y a unos niños. Ella me llevó a su coche. Sentía el olor de otro perro, pero no estaba allí. Ella me ató dentro del coche. ¿Por qué? ¿A dónde me llevaba? ¡¡Yo no había hecho nada!! Intenté salir pero no podía. Los niños estaban contentos, me acariciaban y yo, al final, dejé caer mi cabeza encima de la rodilla de uno de ellos. Me hicieron una foto, no era una estrella. Simplemente era una perra que había sufrido y que soñaba con el paraíso.

Un trocito más en coche. Ladré durante el viaje y eso me tranquilizaba. Estaba con unos humanos que no conocía de nada. Después me quedé dormida mientras los niños decían mi nombre: «Cala», y me acariciaban.

Llegamos a una casa y me quedé en el coche. Entonces salió un gran podenco con un bozal. ¿Por qué? Él no se movía. Ella viene a buscarme y vamos hacia el podenco. El podenco me ve y se me echa encima. Tengo miedo. Ella le grita: ¡¡No, Rocky! ¡¡No la toques!! ¡¡Es tu nueva compañera!!

Él me toca con el morro y ella lo coge por el collar. Tengo miedo. Ella le habla de manera dulce y le acaricia. Él no deja de mirarme. Siento su mirada en mi pata. Me ha visto caer cuando me ha tocado y me mira mientras ando con mis 3 patas. Él no se mueve y me sigue mirando. Ella le sigue hablando dulcemente y le acaricia y le besa.

Después ella se gira hacia mi y me acaricia también y me dice palabras bonitas y....OH! yo también recibo un beso. Gracias.

Nos vamos hacia el jardín. Rocky nos sigue sin decir nada Yo sigo atada y él anda de manera triste.

Damos unas cuantas vueltas al jardín los tres mientras ella nos acaricia y nos da besos.

Rocky sigue con el bozal durante una hora para estar seguros que no pueda hacerme daño para defenderse.

Y cuando ella le quita el bozal, él frota el morro contra su pantalón y viene hacia mí y continúa mirándome

Y nos vamos a dar una vuelta. 10 minutos es suficiente y tengo que irme parando para descansar. Uno de los niños me lleva con la correa. Le quiero mucho. Es muy amable conmigo y me acaricia a menudo.Se llama Erwan. Se ocupa mucho de mí y quiere ser mi dueño... Así que tendrá que demostrar que es capaz de asumir las responsabilidades de su edad.

No se trata de decir que queremos un perro, si no que hay que saber ocuparse de él también.

Cuando regresamos, exploro el jardín yo sola y no quiero entrar en la casa. A ella le cuesta hacerme entrar. Después comprendí que podía entrar y salir, pero me resultaba difícil salir o entrar si Rocky no está a mi lado.

Después de unas 2 horas de mi llegada, bien nos merecemos un buen descanso.

Así que lo haremos en el cesto!!!

De todos modos el otro cesto está en un sitio que no me gusta. No quiero estar allí si Rocky no está a mi lado, así que dormiré en el suelo.

Cala prefiere dormir en el suelo al lado de Rocky antes que dentro de su cesto, así que la solución: poner los dos cestos juntos y así contentos los dos.

Esto es amor! !!!!

Y además hay una pequeña gatita y un gato que no tienen ni un año y nos hemos hecho los 4 muy amigos.

El gato Garfiled viene a menudo a dormir conmigo. Suerte que los cestos son grandes!

Para comer, para no tener problemas con mi pata, mi plato está un poco elevada encima de un taburete, así como mejor. Pero tengo que tener a alguien al lado ya que si me voy Rocky va corriendo a comerse lo mio.

Me he adaptado y instalado muy bien con esta familia de acogida que al final se ha convertido en MI FAMILIA ADOPTIVA.

Hago largas siestas en las cuales sueño que estoy persiguiendo a un conejo y que corro y corro más que ningún otro perro y mis patas se levantan del suelo, voy tan rápida que estoy agotada. Después de este esfuerzo ronco tan fuerte que les provoca la risa a los niños.


Ya no tengo miedo, como las comidas que MI familia me da e incluso orejas de cerdo que al principio no quería ni probar porqué tenía miedo.

Manifiesto mi presencia en el jardín y llamo a Rocky para que él ladre conmigo y los dos corremos por el jardín y ladramos a todo el que pasa, como locos.

Ya aguanto una hora de paseo. Me canso pero mi pata esta bien musculada ahora. Ya no me caigo cuando intento rascame. He aprendido a vivir con mis tres patas y me he adaptado muy bien a mi nueva condición física. Incluso a veces parece que tenga 4, 5 o incluso 6 patas cuando es necesario correr detrás de los gatos en el jardín para jugar. A veces derrapo y todo cuando me pongo a correr como una loca con Rocky, pero nunca me caigo.


¡Ahora sí soy feliz, más de lo que he sido nunca! Tengo una familia que me quiere y yo a ellos.

Doy las gracias:


A los voluntarios y voluntarias españoles.

A los voluntarios y voluntarias de la asociación «EUROPE DES LEVRIERS.

A mi familia adoptiva.

A vosotros todos, MIS SALVADORES, sin los cuáles estaría muerta.

Fdo. CALA